Iván Ayón: “Estar en el Conservatorio me cambió la visión que tenía de la vida”

Ayon Rivas 2

Uno de los momentos más emotivos en la historia reciente del canto lírico peruano fue el que se vivió en octubre del año pasado: Iván Ayón, nuestro joven tenor, ganó el concurso Operalia 2021, el más importante concurso de canto en todo el mundo, donde obtuvo tres grandes premios: primer puesto de ópera voz masculina, primer puesto del premio “Plácido Domingo” de zarzuela y premio de la audiencia Rolex. Esta victoria es un orgullo para nuestra universidad, casa de estudios donde él se formó en sus inicios en la carrera de Canto y de la cual guarda los mejores recuerdos. La revista Conservatorio conversó con Iván Ayón para conocer un poco más sobre su carrera en Europa y sobre los proyectos que tiene para este nuevo año. Una entrevista que esperamos inspire a los músicos que se están formando en nuestras aulas y que servirá de aliciente para futuras generaciones.

¿Cuál es el balance personal de tu carrera en el año 2021?

Ha sido un año provechoso donde realicé cosas novedosas. Tuve el honor de ser invitado a participar en una ópera nueva en honor al juez Rosario Livatino, que fue santificado por el Papa Francisco. Fue un concierto en forma de ópera realizado en mayo y después tuve la suerte de estar en Rigoletto de Verdi y Faust de Gounod, en Venecia. Además de haber ganado el concurso Operalia. Sin duda, ha sido un año provechoso tanto en lo laboral como en el aprendizaje.

¿Qué puedes comentarnos sobre tu participación en Operalia?

Es un concurso que lo sigo desde hace muchos años. Tenía todas las expectativas y toda la concentración y confianza de poder participar bien en el certamen. Estando en la fase preliminar me sentí muy seguro de que podía seguir avanzando y tentar así alguno de los premios. Tuve la concentración suficiente y el esfuerzo necesario, que hicieron que pueda aspirar a más y finalmente ganar el primer premio y los otros más.

¿Cómo fue tu preparación para este importante concurso?

No me preparé exclusivamente para el concurso, básicamente porque mi preparación es constante debido a los diversos trabajos que tengo y eso creo que me ayudó, del mismo modo que estudiar técnica con mi maestro de canto Roberto Servile. Cada año yo me preparo para toda la temporada y para los trabajos que pueda tener. Entonces, el triunfo en el concurso Operalia fue una consecuencia de todo el estudio que venía realizando de manera ardua durante el año.

Cuéntanos sobre tu experiencia en la ópera Macbeth en el famoso Teatro la Scala de Milán.

Sin duda fue una experiencia única, por la historia que tiene este teatro dentro y también por el hecho de compartir escenario con grandes artistas o más bien mitos de la ópera; algunos con los que ya había trabajado y otros con los que laboré por primera vez. Fue algo enriquecedor. Así como esa experiencia, tuve otra igual de importante que quiero resaltar, que fue el 7 de diciembre: Sant’ambrogio (o San Ambrosio), evento que se realiza en honor al santo patrono de la ciudad de Milán, con el que se inaugura la temporada de la Scala.

¿Qué nos puedes decir sobre haber compartido escenario con grandes representantes de la lírica en Europa?

Se siente muy bien, pues todos los artistas son muy humildes. Fuera del escenario somos personas comunes, iguales a cualquier otra. Sabemos que el estudio y el esfuerzo son parte de nuestra vida, que cuando se trata de trabajo y estudio son muy exigentes, pero fuera del escenario la humildad es lo que predomina.

¿Alguna dificultad que hayas vivido en Europa?

Felizmente no ha habido alguna dificultad grande. Siendo el ambiente de la ópera algo muy cosmopolita, reúne artistas de todas partes (orientales, americanos, europeos, etc.) y no se han presentado dificultades ni de pensamiento ni de otro tipo. Tenemos gran diversidad y la exigencia en los estudios que uno realiza evita que haya dificultades.

Eso habla de la buena formación que has tenido y de los maestros con quienes estudiaste en la UNM.

Tengo los mejores recuerdos del Conservatorio (hoy UNM) e incluso comparto con compañeros que conocí ahí y a quienes aún frecuento. Estar en el Conservatorio me cambió la visión que tenía de la vida. Vengo de una familia de músicos, pero en el ambiente donde crecí tanto en el colegio como en la universidad me sentía extraño, pues no compartía con músicos. Hasta que ingresé al Conservatorio y tuve un nuevo modo de vida afín mis pasiones. Era un lugar donde sentía que me acoplaba mejor gracias a los excelentes maestros que tuve, como María Eloísa Aguirre (en Canto) y Rauza Jayrulina (en Teoría musical). Las recuerdo con mucho cariño porque con ellas me preparé para entrar al Conservatorio. De ambas maestras destaco mucho la paciencia, la comprensión y que forjaron en mí muchas ganas de estudiar.

¿Qué mensaje le darías a los futuros cantantes líricos peruanos?

El consejo va más que todo para las autoridades, que no dejen de apoyar la pasión y el talento de los jóvenes. Ser cantante lirico, aunque no parezca, es una de las carreras más difíciles.  controlar músculos internos como la garganta, las cuerdas vocales y el diafragma es una de las tareas más difíciles de la carrera musical. El cantante tiene q ser autocrítico y jamás debe quedarse con la opinión de una sola persona externa. Debe confiar en sus maestros, en los que te hacen ver los desaciertos y en quienes hacen críticas constructivas. Los jóvenes que estudian canto deben ser autocríticos y escuchar a los más grandes cantantes de la historia. Uno tiene que compararse para saber en qué nivel está y ser consciente de cuánto le falta crecer. Aparte de la humildad y las ganas de estudiar y salir adelante, siempre hay que tener la meta de complementar la carrera en el extranjero ya que lamentablemente todavía estamos en un país donde la música no es percibida como una carrera real. Aunque eso está cambiando poco a poco, nunca hay que olvidar que nuestros sueños se pueden lograr con bastante trabajo y mucho estudio.

¿En tu estancia europea has tenido la oportunidad de interpretar repertorio peruano en algún escenario?

Hasta ahora no, pero me encantaría. En algunos conciertos he tenido la suerte de coger la guitarra y tocar algún tondero, un vals peruano, pero hasta el momento, algo con orquesta sinfónica, todavía. He tenido pocos conciertos en comparación con mis trabajos en ópera y es algo pendiente agregar repertorio peruano en algún programa musical que espero pronto hacer.

Me contabas que mantienes contacto con algunos músicos peruanos…

Sí, tengo a mis mejores amigos que son del Conservatorio: Eder Sandoval que radica en Génova, Giorgio Bellido en Roma (ambos en Italia) y Óscar Oré en Austria. Tengo contacto con ellos, nos conocimos en el Conservatorio y conservamos una amistad muy linda que nació en el año 2013 y que perdura hasta ahora.

¿Nos puedes mencionar algunos proyectos para este año 2022?

Este año se viene con mucho trabajo y algunas producciones. Espero tener el tiempo, pues se vienen cosas muy lindas, por ejemplo compartir escenario con el tenor mexicano Ramón Vargas o la realización del disco de una ópera que jamás ha sido grabada (El Proscrito, de Saverio Mercadante, en Londres). También me presentaré en una ópera en Moscú (Rusia), hacer una producción de La Boheme de Puccini, volver a realizar Rigoletto y regresar a Venecia para hacer Fausto.

En unos meses, para ser exacto en marzo, la UNM te distinguirá como Profesor Honorario. ¿Qué sensación tienes al respecto?

Muy agradecido y orgulloso de poder recibir una distinción tan grande de una institución que me ha dado mucho, que me ha dado la oportunidad de formarme y de poder salir para hacer una carrera. La UNM me dio la oportunidad de formarme como músico y de tener aspiraciones y sueños. Será un honor poder recibir algo tan grande de la institución de donde salieron los mejores músicos peruanos del mundo, como Juan Diego Flórez, Alejandro Granda y otros más. Será un momento de mucho orgullo y felicidad, además de una ocasión para decir gracias por todo lo que me han brindado.

¿Quieres enviar un saludo a toda la comunidad de la UNM, tu alma mater?

Quiero mandar un saludo enorme a mi alma mater, mi querido Conservatorio (hoy conocido como Universidad Nacional de Música), a todos los alumnos y maestros, a todos los que me ayudaron y enseñaron, a todos mis amigos y compañeros de esta linda institución. Deseo que Dios los bendiga y espero hacer música con ustedes muy pronto.

(Jerson Pérez L.)

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